martes, 10 de abril de 2007

Azorín, Diario de un enfermo (1901)


¿Qué es la vida? ¿Qué fin tiene la vida? ¿Qué hacemos aquí abajo? ¿Para qué vivimos? No lo sé; esto es abrumadamente imbécil, abrumadamente imbécil… No tengo plan, no tengo idea, no tengo finalidad ninguna…

Esta mañana… la he encontrado. ¿A quién? No sé… Un momento, instintivamente, vibrantemente, nos hemos mirado sin detenernos. Ella, ha seguido; yo he seguido… Diríase que habíamos vivido juntos eternidades en otros mundos… ¿Por qué no he ido yo a ella y ella no ha venido a mí?...

Vivamos impasibles; contemplemos impávidos la fatal corriente de las cosas. El dolor es tan irreal como el placer… ¿Existimos acaso?... Sí, acaso sea la realidad una ilusión, y nosotros mismos, ilusiones que flotan un momento y desaparecen en la Nada, también quimera.

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